Maus: Una historia íntima del Holocausto a partir de la imagen – Abigail Marenco

Introducción

Maus: Relato de un Superviviente (1986-1991), ganadora del premio Pulitzer en 1992, es una novela gráfica publicada en la revista Raw. La obra se divide en dos tomos: Mi padre sangra historia (1986) y Aquí comenzaron mis problemas (1991). Su creador, el estadounidense Art Spiegelman, narra la historia de su padre, un judío polaco que sobrevivió al Holocausto.

El primer tomo comienza su historia a mediados de la década de 1930, cuando el nazismo comenzaba a popularizarse en Alemania, y la extiende hasta el invierno de 1944, cuando los personajes Vladek y Anja Spiegelman se encuentran a las puertas de Auschwitz.

Cinco años después, Art Spiegelman concluye su obra con la publicación del segundo tomo: Maus II: Relato de un Superviviente: Y aquí comenzaron mis problemas (1991).

Ambas publicaciones comprenden el trabajo de 13 años del historietista, quien en 1977 decidió organizar encuentros con su padre para hablar de su experiencia, con el propósito de expandir el trabajo que había comenzado en 1971: una tira de cuatro páginas basada en la historia de sus padres para un cómic underground.

Acercarse a la obra de Spiegelman implica explorar una relación ambivalente entre lo visible y lo invisibilizado a través del lenguaje visual y literario del cómic, como una forma inusual de representar o recrear los recuerdos de su padre.

Cuando Art Spiegelman representa el testimonio de su padre, muestra una versión aislada de la realidad, y a su vez, cercana a esta, a través de su visión y la situación social de la época en la que se desarrolla la historia (1939-1945): el antisemitismo.

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¿Arrebatarle una imagen a este infierno? (Didi-Huberman, 2004, p.25)

I. La autenticidad de Maus 

Maus (1986- 1991) se puede observar desde dos perspectivas: el rompimiento de la línea tradicional del cómic como género de ficción; y, en consecuencia, como una manifestación del arte que habla del Holocausto de una forma histórica y biográfica.  Esto es precisamente lo que interesa de Maus; la conexión entre el proceso de dibujo y el proceso de escritura para narrar (mediante una sucesión ordenada de imágenes en la que interviene la palabra) el testimonio de su padre como superviviente del Holocausto. 

Art desarrolla la historia a partir de un monólogo interior, es decir, no sólo narra, sino que también comenta los acontecimientos bajo sus propios sentimientos y opiniones personales.

El lenguaje visual de Maus se representa a partir de animales antropomórficos: la elección de gatos y ratones que hace Art para representar a los judíos y a los nazis, la cual justifica la afirmación de Hitler descrita en el encabezado de la primera parte del cómic: “Sin duda los judíos son una raza, pero no son humanos” (Spiegelman, 2019, p.10). 

En este contexto, el de la dinámica predatoria, Art encuentra inspiración al tomar a los personajes animados Tom y Jerry como referencia para caracterizar a nazis y judíos como gatos y ratones. Naturalmente, los primeros se comen a los segundos, o en este caso, los primeros buscan exterminar a los segundos, “de un semejante que inflige a su semejante la tortura, la desfiguración y la muerte” (Didi-Huberman, 2004, p.52). Pero ¿y los cerdos? Recordemos que Art buscaba expresar cada sector de la ciudadanía según su actuar, naturaleza y finalidad, relacionándolo a una animal que lo representase. El Tercer Reich trabajaba con los polacos hasta la muerte, un poco como si fueran animales domésticos: cerdos. Los judíos, sin embargo, debían ser exterminados como si fueran una plaga: como ratas y ratones.

P.238

«Existe un límite en el que el ejercicio del arte, sea cual sea, se convierte en un insulto a la desgracia» escribe Maurice Blanchot. (Didi-Huberman, 2004, p.51)

II. ¿Maus como la versión más inimaginable del Holocausto? ¿Un insulto?

Diversos ámbitos y disciplinas (testimoniales, literarios, sociológicos, cinematográficos, teatrales, poéticos, entre otros) han intentado representar, comprender y darle sentido a lo ocurrido en el Holocausto.

Sin embargo, el Holocausto es, según Didi-Huberman, inimaginable e impensable, pues resulta demasiado monstruoso para creer en su existencia o abarcar todas las aristas de su realidad. Es aquello que hace ver al infierno de Dante como un juego de niños (Didi-Huberman, 2004, p.26).

El mismo Art Spiegelman, en una entrevista, alude a este conflicto, el cual desemboca en la representación como medio para la comprensión: “El libro era sobre mi lucha por comprender mi relación con mi padre”. Esto, a su vez, implica una lucha para que el mundo entero comprenda el infierno de Auschwitz.

¿Qué hemos aprendido del Holocausto? Nada. Ninguno de nosotros ha podido concebir la atrocidad de este infierno, y quizá nunca podremos hacerlo.

El hecho de que Maus forme parte del trabajo de Art, un testigo de segunda generación, quien, a pesar de la cercanía con el infierno de Auschwitz-Birkenau, no conseguía siquiera “imaginar lo que se sentía” (Spiegelman, 2019, p.206), nos lleva a cuestionarnos: ¿cómo podríamos hacerlo nosotros? “Así pues, no invoquemos lo inimaginable” (Didi-Huberman, 2004, p.17).

Además, considerando que ni siquiera las fotografías de Auschwitz (en las cuales yace su memoria) logran representar el Holocausto en su totalidad, cabe preguntar: “¿es realmente posible, es moral, es suficiente el lenguaje para contar aquello? ¿Puede hacerse un cómic sobre el Holocausto?” (Huertas Abril, 2016, p.32).

Sin embargo, lo que tenemos, el testimonio de quienes sobrevivieron, como una manera de “darle forma a este inimaginable” (Didi-Huberman, 2004, p.28), no deja de ser valioso, pues nos muestra la versión “más real, más humana” (Spiegelman, 2019, p.25) de este infierno.

Quizás la historia de Vladek, además de permitirnos el intento de comprender el Holocausto a través de su representación como cómic, también relaciona la carencia que posee la imagen y/o la palabra: “una imagen acude allí donde parece fallar la palabra; a menudo una palabra acude allí donde parece fallar la imaginación” (Didi-Huberman, 2004, p.49).

Podría resultar, por muchas razones, que el arte sea la versión más ajena a la realidad del infierno de Auschwitz. Frente a esto, ¿es Maus la versión menos representativa del Holocausto? ¿realmente es posible hacer la mejor versión? 

Preguntarnos esto implicaría otorgarle a Maus como único propósito un intento de representación, cuando su objetivo puede ser también otro: mostrar lo poco que podemos imaginar sobre él, la poca cercanía y comprensión que tenemos y la que nunca llegaremos a tener.

Esta dicotomía entre un intento de representación del Holocausto y una forma de expresar cuan inimaginable fue resume dos perspectivas: 1. el modo en el que se ha hecho visible lo invisible y 2. el modo en el que se ha hecho invisible lo que alguna vez fue visible.

Es decir, el cómic logra mostrar un acercamiento y un distanciamiento del infierno de Auschwitz simultáneamente:

I. Hacer visible lo invisible

La escogencia de animales antropomórficos (específicamente el gato que caza al ratón) así como el uso del lenguaje literario que hace el autor para narrar y recrear una historia personal del Holocausto, hace visible la apreciación antisemita (lo invisible) que se repiraba en aquel momento.

II. Hacer invisible lo que alguna vez fue visible

El intento por representar el infierno de Auschwitz a través de un cómic nos lleva a cuestionarnos: ¿es posible hacer un cómic sobre esto? ¿es Maus la versión más inimaginable del Holocausto? ¿Existe una versión imaginable?

Quizá la respuesta a estas interrogantes sea asumir que cualquier representación del Holocausto, por más cercana o ajena que parezca, nunca podrá contarnos la totalidad de este acontecimiento y aun si la contara, nunca podremos comprenderlo. Cada una de las representaciones buscará la forma de hacer invisible lo de que alguna fue visible. 

Además, resulta una carencia del cómic, como una representación sintética e íntima, la imposibilidad de abarcar la totalidad de una experiencia tan compleja como lo es el Holocausto. 

Maus, al hacer énfasis es una historia personal, invisibiliza la historia de otros supervivientes, de otros grupos que se vieron igual o más afectados por el Holocausto y de las víctimas de este.

P.205

Referencias

Baigorri, M. D. C. (2016). “Maus”, una íntima metáfora sobre el Holocausto. Boletín Millares Carlo, (32), 14-51. https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/5977014.pdf

Didi-Huberman, G. (2004). Imágenes pese a todo: Memoria visual del Holocausto. Paidós Ibérica.

Huertas Abril, C. (2016). Análisis de los rasgos lingüísticos de Maus y sus interferencias en la traducción al español. TranscUlturAl, vol. 8.2, 23-41. https://www.researchgate.net/publication/317816360_Analisis_de_los_rasgos_linguisticos_de_Maus_y_sus_interferencias_en_la_traduccion_al_espanol

Spiegelman, A. (2019). Maus: Relato de un Superviviente. Penguin Random House Grupo Editorial.

Sobre la autora

Abigail Marenco (San José, Costa Rica. 2002). Estudiante de Filosofía en la Universidad de Costa Rica y Animación Digital en la universidad Veritas.

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