La Conquista

Septiembre cinco en Salou,

en Cambrils y en Tarragona,

son ciento cincuenta naves

las que componen la flota.

Las naves ciento cincuenta

y la consigna una sola:

para gloria del Rey Jaime

¡la Conquista de Mallorca!

De la nave capitana

Jaime se yergue en la proa:

su diestra empuña la espada,

su rojo manto tremola,

va desafiando a los vientos,

va desafiando a las olas.

La Mar recoge ese guante,

y ya la tormenta azota…

La ira de los elementos

hace peligrar la flota.

El Rey, postrado de hinojos,

promete a Nuestra Señora:

“Catedral yo he de erigirte

si nos asistes ahora.” 

La Virgen atiende el ruego:

a salvo alcanzan la costa.

Los moros ya están alertas

y aguarda nutrida tropa;

Jaime envía dos galeras

para que exploren la zona

hasta hallar una bahía,

la llamada Santa Ponsa.

Al fin, allí desembarcan

a medianoche ¡en las sombras!

Con los primeros albores

llega la avanzada mora,

el Rey que sale a enfrentarlos

¡y con pocos los derrota!

Los Caballeros Templarios

son férrea y leal escolta,

tal como lo han sido siempre

desde la primera hora.

Ya los moros se repliegan

a las colinas boscosas

y los cristianos celebran

la Misa sobre una roca,

quien la oficia es Berenguer,

Obispo de Barcelona.

Portopí cierra el camino

a la ciudad de Mallorca,

aprovechando el terreno

los musulmanes se emboscan.

En la acción ambos Montcada

pierden sus vidas valiosas.

“¡Vergüenza!” exclama el Rey Jaime

“A esta gentuza traidora

habremos de escarmentarla.

¡Nos va en ello nuestra honra!”

Las espadas van trazando

afiladas huellas rojas:

¡son cuatrocientas cabezas

que cargan en las alforjas!

Muy pronto irán a arrojarlas

a los muros de Mallorca.

“¡Adentro, que todo es nuestro!”

Arnaldo Sorell pregona

y, con cinco compañeros,

el Real pendón enarbola.

Desde lo alto de un alcázar

el Rey contempla su obra,

mas no duerme en los laureles

de la reciente victoria.

Al Comendador del Temple,

Ramón de Serra, convoca

y confía, sin rodeos,

esa idea que le ronda:

“Mayurqa ya es conquistada…

¡a por Ibiza y Menorca!”


Sobre el autor 

Luis Antonio Beauxis Cónsul es un escritor Montevideano de 58 años. Publicó su primer relato en 1980, desde entonces ha obtenido premios y menciones en concursos de narrativa y poesía, nacionales e internacionales. Ha colaborado en medios de prensa, participado en antologías y lleva publicados cuatro libros de cuentos:

FICCIONES EN SU TINTA

CUENTICULARIO

OTRAS MEMORIAS

UN PUÑADO DE SOL…

En los últimos años se ha dedicado también a la Poesía habiendo obtenido, entre otras distinciones:

Ganador del II Certamen “Un Soneto Para Soria” (Soria, España, 2014)

Finalista “Premio Platero de Poesía” (Ginebra, Suiza, 2015)

Finalista “Poesías con Fondo Sonoro” (Palencia, España, 2018)

Primer Premio Poesía “Habla de Mí” Casa de Ceuta (Barcelona, España, 2015)

Primer Premio Poesía “Centenario Natalicio Ermelinda Díaz” (Quilpué, Chile, 2015)

Primer Premio Poesía “Centro Cultural Andaluz” (Valparaíso, Chile, 2017)

Primer Premio Poesía “Hermandad Nacional Monárquica” (Madrid, España, 2018)

Actualmente Luis Antonio Beauxis está casado con Leonor Díaz de Vivar y tiene dos hijos (Rodrigo y Joaquín). Es empleado bancario y cursó estudios en la Facultad de Medicina.

 

 

 

 

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