Animula, vagula, blandula por Daniel Frini (Argentina)

1Almita mía, errante, dulce

Huésped y compañera de mi cuerpo

Ahora partirás a donde

Pálida, rígida, desnuda

No harás bromas, como sueles.

Adriano

La Voz señaló a la pequeña luz, lejana en la oscuridad total, como una estrella, y dijo:

―Ve.

La pequeña alma dejó el vórtice donde miles y millones de otras almas se enredaban y desenredaban y cambiaban de colores, invisibles en la tiniebla, se perdían en gritos insonoros y se unían y desunían como amebas. Ella voló hacia el sol lejanísimo.

Un viento de aire llenó los pulmones del recién nacido en un dolor insoportable que estalló en un llanto. La madre, atravesado el suplicio, lloró en una alegría infinita cuando tuvo a su hijo en brazos.

Fueron demasiados tanta luz, tanto ruido, tanto aire, tanta vida.

El niño murió dos días después.

La pequeña alma volvió al vórtice. Días, años o milenios después la Voz señaló el brillo remoto y ordenó:

―Ve.

El niño tenía, apenas, un año. El agua del arroyo lo llamó, juguetona, límpida y brillante. Desde el fondo miró, curioso, el sol que jugaba deformado allá arriba. Luego aspiró y el sol se diluyó en convulsiones y la noche.

Otra vez el vórtice y un tiempo que bien podría haber corrido hacia atrás, la Voz señaló el destello distante y susurró:

―Ve.

La pequeña creyó que su padre levantaba las manos hacia el parabrisas para jugar, y rio, intentando hacer palmas. El inmenso camión, descontrolado, cambió de carril. La niña no entendió la explosión, ni la sangre, ni los filos cortantes de metal retorcido. Antes de cualquier dolor, todo se apagó.

Una vez más la pequeña alma volvió al vórtice. La eternidad duró lo que dura un segundo y la Voz habló:

―Ve.

Los soldados habían atacado la aldea hacía seis días. Nadie sobrevivió, salvo el niño que, en un principio, quedó sentado en el suelo de tierra seca, al lado del cadáver de su madre. Luego vino el sueño, después el hambre y más tarde la sed. El sueño pareció un juego; el hambre trajo el llanto y la sed lo llevó, finalmente, a las sombras.

Apenas la pequeña alma volvió, la Voz indicó:

―Ve

―¿Es necesario? —se animó a preguntar. Jamás un alma pequeña le había hablado a la Voz.

Con sus cuatro años, sospechó del hombre que vivía con mamá. ¿Por qué estaba con ella y sin ropa, en su cama? El dolor fue terrible. El final, un bálsamo.

—Ve.

—Por favor…

La Voz no se enojó. Con ternura, insistió:

—Ve.

Creyó entender que algo había hecho mal, aunque no alcanzaba a descifrar qué. Los gritos de mamá no le aclaraban nada. La muerte lo golpeó, hasta llevárselo, disfrazada de hebilla de metal en el extremo de un cinturón de cuero.

—Ve.

—No.

Un infinito, un instante después, la pequeña alma habló, dirigiéndose a otra como ella, dentro del vórtice y la oscuridad; y señalando el minúsculo brillo lejano, mandó:

—Ve.

Vio cómo la brisa volaba hacia la luz.

A sabiendas del destino de la enviada, la pequeña alma se conmovió, con un dolor inacabable. Y lloró.


1Traducción de Victoria Marín, autora costarricense.

Biografía

Daniel Frini nació en Berrotarán, Córdoba, Argentina en 1963. Es Ingeniero Mecánico Electricista, escritor y artista visual. Ha publicado en varias revistas virtuales y en papel, en blogs y en antologías de Argentina, España, Costa Rica, México, Colombia, Chile, Perú; y, además, traducido y publicado en Italia, Portugal, Brasil, Francia, Estados Unidos, Canadá, Uzbekistán y Hungría. Publicó Poemas de Adriana (Artilugio Ediciones, Buenos Aires 2017), Manual de autoayuda para fantasmas (Editorial Micrópolis, Lima, Perú, 2015) El Diluvio Universal y otros efectos especiales (Eppursimuove Ediciones, Buenos Aires, 2016), Nueve hombres que murieron en Borneo (Artilugio Ediciones, Buenos Aires, 2018) y La vida sexual de las arañas pollito (Color Ciego Ediciones, San Luis, Argentina, 2019). Ha obtenido, entre otros reconocimientos, el Premio Internacional de Monólogo Teatral Hiperbreve ‘Garzón Céspedes’ (2009, Madrid / México D. F.); Premio ‘La Oveja Negra’ (2009, Buenos Aires, Argentina), Premio  ‘El Dinosaurio’ (2010, Colombia), Premio I Certamen Internacional de Relato Corto Nouvelle  (2017, España), el Místico Literario del Festival Algeciras Fantastika 2017 (España), el 1er Premio del III Concurso de Microrrelato Ilustrado Universidad de Jaén (2019, España) y el 1er Premio en el Primer Concurso Internacional de Minificción IER/UNAM (Instituto de Energías Renovables de la Universidad Nacional Autónoma de México, 2020).

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