Francisco de la Vega,
en un alarde de prudencia exclamó:
¡Cuidadosos debemos obrar
de nuestro afecto hacia
las profundidades!
Las sirenas aclaman nuestros
más sinceros defectos.
Conceden lágrimas a los que
suplican por permanecer allí abajo,
ocultos entre la maleza.
Susurran relatos de botines y fortunas
que custodian cuerpos sin vida
de usureros y codiciosos.
¡Tan real es la muerte como
el reflejo del oro libertino!
Los cantos malditos resuenan
en las columnas de la ciudadela.
Hogar de criaturas que parecen
no temer el silencio.
En el interior del gran salón,
la densa niebla recubre
el cabello húmedo de la lujuria.
El hombre, yace dormido
en aguas turbias.
En su delirio, habla de sirenas,
de tesoros y naufragios.
Allí abajo, reposan las
interminables villas del reino perdido.
Esculturas de héroes y dioses
parecen expresar su valentía,
Descuidan la inmensidad del océano.
Lugares donde el ser humano
y la luz no alcanzan.
¡Que rincón tan tenebroso es capaz
de conservar semejante belleza!
¡Que soberbia la de aquellos atlantes,
que por orden de Zeus
despreciaron a Galatea!
Y sin embargo, grabaron
su nombre en la eternidad
de los mares.
Sobre la autora
Ivón José Blanco Pérez nació en Noya, (España) el 6 de Mayo de 1994. Desde la niñez ha vivido en el pueblo perteneciente a la provincia de La Coruña. Ha cursado el Bachillerato de Humanidades y ciencias sociales en el IES Campo de San Alberto (Noia), y el Grado de Sociología en la Universidad de la Coruña. A los 26 años ingresó, a través de concurso de oposición, como personal fijo de Correos en la ciudad de Barcelona. Actualmente reside en San Vicent dels Horts (Barcelona).
Imagen: Hylas and the Nymphs – John William Waterhouse.